La noche Quijotesca
martes, 31 de julio de 2007
más claros del infierno ;inundado por el fuego
que yacía en el suelo.
El mago, asfixiado por el humo de su cigarro,
decide bajar desde los siete cielos.
El ángel entre tanto caminar se encontró con
una escalera, subió y subió, y llegó al pasillo
blanco.
EL Mago al bajar llegó al mismo lugar.
El lugar era blanco destellante,
como el purgatorio de Dante.
Ángel encontróse con mago en la misma parte;
y al salir de aquel asentamiento inerte,
se dieron cuenta que el amor aún seguía vivo.
¡Los dos muchachos que viajaban en el auto,
despertaron dos horas después de sufrida la colisión!
¡No hubo heridos!
Mumuki
Café, 1930
Y sintieron ese amor mutuo
cuando la complicidad los gobernaba.
Ese apasionamiento loco, por el otro,
provocó desconsuelo.
Esa lúgubre noche,
a media luz, aquella nostalgia
cuando se despidieron y rompieron
sus sueños porque que uno ha de partir.
Esta despedida, la tercera;
la misma situación que se ha vuelto
repetir,
en este fatídico sueño decreciente,
se volvió reiterado,
aplastado,
acostumbrado a divulgar
mis sentimientos y emociones con
el mundo extranjero.
Volvimos a caer de nuevo
a los pies de nuestras almas.
Vi tropezar tus anhelos,
vi engañar tus añoranzas, y decayó
aquel sueño que derrocó al mío esa noche.
Te siento, mi conciencia me traiciona;
palpo tu voz, acaricio tu alma,
se pudre tu mirada, y tus suaves manos
sienten el agua más fría.
- ¡ ya te vas ! -
Otra vez en tan poco tiempo; regresas…
La misma historia,
la misma melancolía,
la misma cantidad de cigarros consumo
por mi nerviosismo.
Vuelves y te vas; una vez más,
como en nuestro juego sarcástico,
en nuestra fiesta sexual;
dos cuerpos se unen,
dos almas se disgregan,
dos personas se anhelan, en torno a un café,
en 1930.
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