La noche Quijotesca

La noche Quijotesca
The night

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Muerte del ángel

Ha marchito el ángel negro
en el mundo de aquellas penumbras,
auxiliado por el lamento mohíno
de tus alas, mi ángel caído.
Lúgubre confusión nocturna
que en mi cuerpo inocente haz penetrado,
ayúdame a encontrar el camino lato
en mis pensamientos,
de aquello que yace en el olvido.
Porque el cielo enrarecido
desvanece mi sentimiento culpable
y cae , cae como gota disecada
por tu implacable derrota,
por tu retiro miserable.

Se ha diluido un ángel
en lo alto de la cima oscura.

Contempla atentamente bien mi luna;
“la muerte de mi ángel negro”
que fue testigo de tanta angustia.
Pasan los minutos más lentos,
el cielo oscurece más cansado,
el cuerpo ya entregado al sepulcro
y tus sueños atisbando al infierno
no han cesado.

Al infierno nuestros sueños,
al abismo nuestra magia,
al averno tu cuerpo puro,
al infierno…

La llegada ansiosos esperan,
para prolongar este tormento
con sus alas caídas y débiles
“llegará al infierno”.
Está sangrando en este momento
por las yagas de su cuerpo, pues el cielo
vasto espera nuestro reencuentro;
“ya que ha muerto mi ángel negro”.

Mumuki

Mumuki
Octeto Piazzolliano

Café, 1930

Y sintieron ese amor mutuo
cuando la complicidad los gobernaba.
Ese apasionamiento loco, por el otro,
provocó desconsuelo.
Esa lúgubre noche,
a media luz, aquella nostalgia
cuando se despidieron y rompieron
sus sueños porque que uno ha de partir.
Esta despedida, la tercera;
la misma situación que se ha vuelto
repetir,
en este fatídico sueño decreciente,
se volvió reiterado,
aplastado,
acostumbrado a divulgar
mis sentimientos y emociones con
el mundo extranjero.
Volvimos a caer de nuevo
a los pies de nuestras almas.
Vi tropezar tus anhelos,
vi engañar tus añoranzas, y decayó
aquel sueño que derrocó al mío esa noche.
Te siento, mi conciencia me traiciona;
palpo tu voz, acaricio tu alma,
se pudre tu mirada, y tus suaves manos
sienten el agua más fría.
- ¡ ya te vas ! -
Otra vez en tan poco tiempo; regresas…
La misma historia,
la misma melancolía,
la misma cantidad de cigarros consumo
por mi nerviosismo.
Vuelves y te vas; una vez más,
como en nuestro juego sarcástico,
en nuestra fiesta sexual;
dos cuerpos se unen,
dos almas se disgregan,
dos personas se anhelan, en torno a un café,
en 1930.

Gorín inglés

Gorín inglés
Piazzolla concert