La noche Quijotesca
martes, 18 de noviembre de 2008
Todas las noches al soñar con ella
Ahí se encuentra mi emoción, a miles de kilómetros, o bien, en el consuelo de esta fría imagen. Su sonrisa, sus ojos, su nariz, su pelo, sus emociones, su calor al estar cerca de mí; son los más latos detalles que añoro esta noche paceña, esta noche donde un congelado cuerpo espera derretir el hielo con un lato abrazo.El corazón se encuentra envuelto en pasión, pero el tiempo es la esperanza latente para encontrarme con ella; el tendido tiempo me hace alucinar, soñar, pensar y recordar los momentos divinos vividos en nueve meses. Nueve meses, una ilusión, idílicos días, extensos minutos llenos de amor, canciones de pasión, momentos irrepetibles, pero oportunidades que permiten hacer crecer nuestras vivencias. ¡Qué feliz me siento al recordarte!
Lento y melancólico.
Melancolía = distancia
30 = todas las noches al soñar con ella.
Lento… así aprendí a amarla
27+3 = en el balcón de Romeo y Julieta
3 días = diez meses de amor, pasión, idilio, amor, amor y pasión, de ayer y de hoy.
Corren los minutos: seguimos lejos.
Lejanía = cuerpos – frío
Cercanía = 30
Soñar = visito tus sueños
Invierno porteño: Visito el averno;
Mandinga mira la luna
La luna la mira, ella escoge el camino.
¿Norte o sur?
¿Cuál es la puerta?
Encuentro la llave en aquel poema,
Y aflora la más bella poesía,
Ella, la única fuente, la inspiración.
Ella, la más dulce canción,
Ella, su voz, melodía de medio día
Se escucha en un sarcástico suspiro.
Uno, dos, tres, suena el bandoneón otra vez,
Al igual que su voz en esta noche,
Pacenoche.
Mumuki
Café, 1930
Y sintieron ese amor mutuo
cuando la complicidad los gobernaba.
Ese apasionamiento loco, por el otro,
provocó desconsuelo.
Esa lúgubre noche,
a media luz, aquella nostalgia
cuando se despidieron y rompieron
sus sueños porque que uno ha de partir.
Esta despedida, la tercera;
la misma situación que se ha vuelto
repetir,
en este fatídico sueño decreciente,
se volvió reiterado,
aplastado,
acostumbrado a divulgar
mis sentimientos y emociones con
el mundo extranjero.
Volvimos a caer de nuevo
a los pies de nuestras almas.
Vi tropezar tus anhelos,
vi engañar tus añoranzas, y decayó
aquel sueño que derrocó al mío esa noche.
Te siento, mi conciencia me traiciona;
palpo tu voz, acaricio tu alma,
se pudre tu mirada, y tus suaves manos
sienten el agua más fría.
- ¡ ya te vas ! -
Otra vez en tan poco tiempo; regresas…
La misma historia,
la misma melancolía,
la misma cantidad de cigarros consumo
por mi nerviosismo.
Vuelves y te vas; una vez más,
como en nuestro juego sarcástico,
en nuestra fiesta sexual;
dos cuerpos se unen,
dos almas se disgregan,
dos personas se anhelan, en torno a un café,
en 1930.