La noche Quijotesca
miércoles, 6 de enero de 2010
Milonga para tres (Muerte a mis enemigos)
y la cruda existencia se llenó de vivencias inexistentes;
la noche nubla en el ocaso vuestro nombre,
el silencio cubre de espanto el yugo de mis temores,
la calma se apodera de mi alma, tiembla la vuestra,
y en el rincón de la muerte se reúnen en una melancólica danza.
-¡Entonces dancen junto a nosotros como aquellas sombras
que nunca vimos,
entonces bailen torno al recuerdo de aquella pasión.
Ahora somos amantes sin amores que nos esperen
en casa para vernos llegar a medianoche!-
El cielo anunció los nombres de la muerte, el agua mustia
se convirtió en hielo, y se dejó caer sobre aquellas almas temerosas.
La tierra se deshizo, el cementerio abrió sus puertas,
los ángeles agotados apostaban su alma en un juego de cartas,
los demonios tocaron la danza celestial.
Dios en una esquina pedía limosnas, el diablo
al suelo lanzó las monedas.
-¡Ahora bailen, dancen sin cesar el triste lamento que te hace llorar.
Ahora bailen, dancen sin cesar el funesto tormento que no se alejará.
Bailen la danza sepulcral, pues los amantes fallecerán!-
En medio de la oscura fosa yace Nicolás,
junto a su haraposa silueta y su cara de antifaz.]
En medio de la oscura fosa yace Verónica
perdida y sin convicciones.]
En medio de la oscura fosa yace Marco,
embriagado por sus mentiras.]
En medio de esa oscura fosa yace Gonzalo,
negando a Cristo.]
En medio de esa oscura fosa yace María,
vendiendo su cuerpo a los hombres.]
En medio de esa oscura fosa yace Víctor
cansado de tanto esperar.]
En medio de esa oscura fosa yace Daniela
buscando en su recuerdo el punto de inflexión.]
En medio de esa oscura fosa yace Alejandro
rodeado de dinero y queriendo ser el mejor sin esforzarse.]
En medio de esa oscura fosa yace Camila
con una flor en la mano.]
En medio de esa oscura fosa yace Wladimir
pensando que su vida siempre fue mierda.]
En medio de esa oscura fosa yace Héctor
esperando una respuesta.]
En medio de esa oscura fosa yace Alejandra
buscando una salida.]
En medio de esa oscura fosa yace Jaime
junto a su hombre.]
En medio de esa oscura fosa yace Valeria
pensando que nunca hizo algo.]
En medio de esa oscura fosa yace Manuel
con su antipedagogía.]
En medio de esa oscura fosa yace Melina
sin saber lo que quiere.]
En medio de la fosa duerme Matías, esperando con esperanza
que vuelva su amor del pasado.]
-¡Entonces dancen junto a nosotros como aquellas sombras
que nunca vimos,
entonces bailen torno al recuerdo de aquella pasión.
Ahora somos amantes sin amores que nos esperen
en casa para vernos llegar a medianoche!-
Ahora estamos solos, a minutos de la medianoche,
esperando que termine esta milonga celestial.
Ahora nos encontramos solos en el mismo lugar donde partimos.
martes, 29 de septiembre de 2009
domingo, 23 de agosto de 2009
La dulce calma infinita ( Lamentos en una casita vacía II )
que cubre tu rostro. Negros se encuentran los ojos que miran
como llueve bajo la cama tus viejos amores,
amores como los que te hablan a través de un lato poema,
poema como éste, poema que yo te escribo.
“El problema no es el poema,
el problema es que te escribo poesía.”
Poesía, -¿qué es poesía? – poesía no eres tú, ni lo soy tampoco,
poesía no eres tú, eres la simple hierba que entregó su fruto putrefacto,
tus raíces formaron la barrera, el sarcástico muro que ahora no te deja ver.
Entonces qué serás, una simple verdad, o bien, la hoja quemada
que cayó esta tarde de aquel árbol diseco; -¿qué haces aquí?,
tan lejos de la dulce calma infinita, y más cerca del ardiente fuego;
de qué sirve mirarte, si no puedes derretir el hielo que de mí te separa.
Tus venas se congelan, y tu cuerpo se disipa;
en un charco de sangre se transforma el cariño que brota por tu venas,
tus piernas buscan de nuevo el deseo, tu boca pide felicidad, y el alma clama
con verdad, escuchar aquellas palabras que te confunden. Palabras lindas,
frases llenas de poesía, poemas que te solía leer.
Tú, sentada en aquel sillón,
vibrando con aquel esplendoroso mundo que mis sueños inventaban,
temblando con la dulce pasión que te entregó el amor en un triste verso y
leyendo ingenuamente el poema X de Neruda.
Y te encuentras allí, postrada, mientras el crepúsculo se desvanece
para dar paso a la noche, la noche que te espera junto al manto de estrellas
que cobijará con su aurora el recuerdo de dos amores
que con esta pregunta se acaba.
-¿De qué sirve leer, en una casita vacía, veinte poemas de amor si ahora
te encuentras un tanto desesperada, por el hundimiento de nuestro
barquito de papel ?-
martes, 24 de febrero de 2009
Y me preguntas Muerte si hay recuerdos
caminas por los atisbos desolados
que mi impune alma recordó
en el vertiginoso crepúsculo del ayer.
Añoranzas desoladas estremecen mis pupilas,
lágrimas caen,
un charco de agua se hace polvo y,
la última lectura vuestra carta preludia mi destino.
-“¿Por qué me buscas muerte?”
He vuelto a viajar por mi pasado
¿sepultado?
Hoy estuve allí, donde suelo coger en mis brazos
cada pena suya, sin respuesta, y olí el sabor amargo
de sus angustias ácidas.
Una vez más la oí reír, sarcásticamente me habló,
dijo adiós, y el roto corazón busca explicación
que nunca llegará,
igual que el amor que un día prometió.
-“Tu vida en segundos recorrida”
Minuto dos, regresó el amor,
así tan raudo se disolvió; ella llora, ella ríe,
ella inquieta busca el calor de otro cuerpo
en las puertas de otro infierno lo encuentra.
-“¡Por suerte no he muerto!”
Minuto uno, la fiesta de los locos, pasión;
temerosas las palabras reunidas en su boca
danzan acuosamente por la asquerosa saliva
de otros besos que no eran míos.
Los sentimientos se convirtieron en locura
frustrando de amargura y tristeza
lo que con ligereza siempre soñé,
y fue a ti.
-“¡ Y me preguntas muerte si aun poseo vida!”
Minuto cero, busco encontrar en la cajita de los recuerdo
cual de tantos besos fue el primero, mas,
desterrar la última caricia sepultada
en el pecho agitado con prisa,
que palparon mis manos , un poco desesperadas,
hace dos minutos.
-“¡y te respondo muerte, mi vida duró dos minutos,
aquellos dos, dos minutos, dos… Solamente lo que duró un beso.!”
martes, 18 de noviembre de 2008
Todas las noches al soñar con ella
Ahí se encuentra mi emoción, a miles de kilómetros, o bien, en el consuelo de esta fría imagen. Su sonrisa, sus ojos, su nariz, su pelo, sus emociones, su calor al estar cerca de mí; son los más latos detalles que añoro esta noche paceña, esta noche donde un congelado cuerpo espera derretir el hielo con un lato abrazo.El corazón se encuentra envuelto en pasión, pero el tiempo es la esperanza latente para encontrarme con ella; el tendido tiempo me hace alucinar, soñar, pensar y recordar los momentos divinos vividos en nueve meses. Nueve meses, una ilusión, idílicos días, extensos minutos llenos de amor, canciones de pasión, momentos irrepetibles, pero oportunidades que permiten hacer crecer nuestras vivencias. ¡Qué feliz me siento al recordarte!
Lento y melancólico.
Melancolía = distancia
30 = todas las noches al soñar con ella.
Lento… así aprendí a amarla
27+3 = en el balcón de Romeo y Julieta
3 días = diez meses de amor, pasión, idilio, amor, amor y pasión, de ayer y de hoy.
Corren los minutos: seguimos lejos.
Lejanía = cuerpos – frío
Cercanía = 30
Soñar = visito tus sueños
Invierno porteño: Visito el averno;
Mandinga mira la luna
La luna la mira, ella escoge el camino.
¿Norte o sur?
¿Cuál es la puerta?
Encuentro la llave en aquel poema,
Y aflora la más bella poesía,
Ella, la única fuente, la inspiración.
Ella, la más dulce canción,
Ella, su voz, melodía de medio día
Se escucha en un sarcástico suspiro.
Uno, dos, tres, suena el bandoneón otra vez,
Al igual que su voz en esta noche,
Pacenoche.
lunes, 20 de octubre de 2008
Veinte años de soledad
La nueva luz se agobia entre tus pupilas,
Mi cuerpo atado se derrite
Y las flores caen con el viento disecado.
La noche sufre de impaciencia noctámbula
Cuando el borracho acaricia su copa,
Y el lector de la mejor novela
Da paso a su triste recuerdo.
“Regreso al amor, uno y dos;
Dos vasos trizados por una misma lágrima,
Dos, lágrimas cristalizadas por una copa,
Una copa cubierta en sangre de aquel labio roto;
Y marchita ha quedado la esperma de la vela
Que me vio sollozar. .
Regreso al amor, convierto tu voz
En aquella tétrica plaga de hormigas,
Que vierten con su leve canto
El más desolado consuelo.
Entras por la ventana, me miras;
La piel se eriza
Es amor que se cobija en mi almohada,
Al oír el murmullo de los pájaros
Que perdidos se encuentran
En los cuadros desolados de mi pieza.
La misma copa, el mismo labio roto,
La misma alcoba, el mismo vals.
Veinte años de soledad,
Años de ansiedad por encontrarte
Y refugiarme en tu pecho, que inhala con su alegría
Lo hermoso que dos jóvenes poseen:
El idilio,
Un corazón
Y la unión en una misma relación de amor.
lunes, 1 de septiembre de 2008
He preguntado a la soledad
Inundó de calor el mundo de los dos.
La luz se apaga,
Mis reflejos gritan por la presión sepulcral
Del destino fatídico de un caminar, sin destino,
Pues voy por el mismo camino, que cíclicamente se inunda
Por una solitaria soledad.
Y he preguntado al averno
Por un nuevo encuentro. Quizá ella puede enmarcar
Todos los delirios cautivos en mi sangre, y con sus lágrimas
Proclamar, con su voz casi marchita en mi corazón, el diáfano
Lamento de mis dedos recordando su piel.
Y he preguntado al cielo otra vez,
Por la sorpresa de tu alma rota;
Que veo como bota mis palabras acarameladas
En los ojos suspicaces de un cuerpo degradado.
Tu razón es mi pecado,
Que con su incertidumbre ha profanado
La puerta semiabierta de mis pensamientos.
¡Despacio! No susurres a los vientos cálidos tu debilidad,
Pues los duendes observan mi tristeza, que sin su eterno retorno,
Traspasan las yagas quemadas por el humo de mi cigarro.
¡Despacio! No lamentes las palabras,
Que mi lúgubre figura ya descansa en los brazos
Húmedos de la muerte.
Mi cuerpo se encuentra inerte, mis venas ya no se sienten,
Y el líquido que las cubre se volatiliza en la paz
De vuestra confusión.
Dime Dios que es peor, volver al amor o un oscuro
Corazón. Un corazón de frío invierno, que se encuentra
En el hastiado tormento de una noche cíclica.
Y he preguntado a la vida, si tu sed es mi comida
Y mi cuerpo la bebida embriagante de tu corazón
Vulnerable, por aquellos sentimientos que hoy he vuelto
A palpar.
¿Despacio? Por qué debemos callar si lo nuestro es más fuerte.
¡Silencio! Mi mente dialoga con el alma.
¡Calla! tu voz se cruzó con otra mirada
Y se alejó el amor de tu alma despojada.
Y me he preguntado si él se adueñó de tu mente,
Pues en mis venas, tu amor y el mío,
“Siempre estará presente”.
Dios te he vuelto a preguntar, sin duda una vez más,
Por esta encrucijada soledad o quizá,
Regalarme un espacio en tu reino,
Si pago con las penas del infierno aquella sarcástica sonrisa,
Que inflama con su leve brisa
El hastiado corazón que ya no posee vida.
Y he consultado con verdad
Aquella triste realidad, que con su oscura soledad,
Deprime cada palabra que le escribo a ella.
Ella, la misma aguja oculta en un pajar…
Mumuki
Café, 1930
Y sintieron ese amor mutuo
cuando la complicidad los gobernaba.
Ese apasionamiento loco, por el otro,
provocó desconsuelo.
Esa lúgubre noche,
a media luz, aquella nostalgia
cuando se despidieron y rompieron
sus sueños porque que uno ha de partir.
Esta despedida, la tercera;
la misma situación que se ha vuelto
repetir,
en este fatídico sueño decreciente,
se volvió reiterado,
aplastado,
acostumbrado a divulgar
mis sentimientos y emociones con
el mundo extranjero.
Volvimos a caer de nuevo
a los pies de nuestras almas.
Vi tropezar tus anhelos,
vi engañar tus añoranzas, y decayó
aquel sueño que derrocó al mío esa noche.
Te siento, mi conciencia me traiciona;
palpo tu voz, acaricio tu alma,
se pudre tu mirada, y tus suaves manos
sienten el agua más fría.
- ¡ ya te vas ! -
Otra vez en tan poco tiempo; regresas…
La misma historia,
la misma melancolía,
la misma cantidad de cigarros consumo
por mi nerviosismo.
Vuelves y te vas; una vez más,
como en nuestro juego sarcástico,
en nuestra fiesta sexual;
dos cuerpos se unen,
dos almas se disgregan,
dos personas se anhelan, en torno a un café,
en 1930.